ANALISIS Y PERSPECTIVAS DE LA ECONOMÍA COLOMBIANA PARA EL 2O19
El año 2018 no ha sido el mejor en materia económica para el país. En primer lugar, estuvo señalado por la actividad política, que eligió Congreso de la República y al presidente constitucional para el período 2018-2022. Luego ha transitado sin rumbo concreto, porque la Presidencia en principio no tenía un programa de Gobierno en términos técnicos; y solo hasta el 11 de noviembre de 2018, se diseñó una hoja de ruta preliminar, en la que se habla de impulsar el crecimiento económico del país a una tasa anual del 4% del PIB, y con inversión de $1.100 billones para los próximos 4 años. Igualmente, es pertinente citar que el gobierno nacional radicó en el Consejo Nacional de Planeación, el 11 de noviembre de 2018, el documento denominado “Pacto por la equidad”, donde no se advierte de manera precisa, sobre la existencia de sectores líderes, excepto en el caso de la agricultura. Asimismo, se considera que la cobertura en educación será uno de los principales retos de la presente administración gubernamental. Se proponen alcanzar 2.2 millones de cupos en educación inicial y 840.000 adicionales en preescolar. De igual manera, se proponen cubrir con atención integral priorizada a 2 millones de niños y también lograr que la tasa de cobertura neta en educación media sea del 50%.
Por otra parte, el documento establece dentro de sus propósitos bajar el desempleo de 9.4 a 7.9% y disminuir la pobreza del 26.9% al 21% en 2022. Sin embargo, a manera de racional reflexión, es procedente tener en cuenta que, el Congreso de la República con la anuencia e iniciativa de la presente administración gubernamental, aprobó un presupuesto desequilibrado en la suma de $14 billones. Este se pretende apalancar con un proyecto de ley tributaria, que es de fuerte contenido regresivo, inequitativo y desestabilizador por la vía del incremento al sistema general de precios mediante la virtual y testaruda aplicación de un IVA del 18% sobre un 23% de los productos de la canasta familiar.
Todo lo anterior, deja claro que desde la perspectiva local, el escenario fiscal será determinante en 2019, dado que un tributo como el IVA a la canasta familiar tiene efectos directos sobre la demanda agregada. Primeramente, si este se establece, le restará dinámica a la economía y por tanto se manifestarán en un mayor IPC. Por lo tanto, presionará de suyo la exigencia de un mayor salario mínimo por parte de las centrales obreras, como producto de la consecuencia negativa sobre el ingreso de los trabajadores. Se estima que si tuviéramos un aumento del IVA a la canasta familiar del 18% en 2019 este generaría la erosión de los precios en un 4% aproximadamente.
De la misma manera, en este escenario de ambiente desestabilizador prendería alarmas en la junta directiva del Banco de la República y seguramente tendríamos un incremento de la tasa de intervención en no menos de 100 puntos básicos para 2019. Asimismo, pero sobre el escenario de 2018, el crecimiento económico se vería afectado en aproximadamente 0.1% del PIB, debido a circunstancias ligadas a las expectativas negativas que en materia de consumo genera la posibilidad de incrementar el IVA a la canasta familiar.
Por otra parte, y como factor de contrapeso a lo anterior, durante buena parte del año hemos tenido un buen comportamiento de los precios del petróleo, que han permitido durante lo corrido de 2018 un crecimiento promedio del PIB de 2.56%, lo que nos hace prever que el crecimiento de la economía será cercano al 2.5% al finalizar 2018. Es decir, 0.5% menos de lo estimado por el Gobierno. Sin embargo, cabe anotar que, tal como lo estimamos al finalizar 2017; después de 4 años vamos a contar con un crecimiento económico superior al de la anterior vigencia, pues pasamos de 2.0% en 2017 a 2,5% en 2018; terminándose así de esta manera con cuatro años de desaceleración económica. Por tanto, no es procedente arriesgar con la posición mediática del Gobierno de gravar con IVA a un 23% adicional de la canasta familiar, el buen logro que hoy comparten los Presidentes Duque y Santos de acabar con 4 años consecutivos de desaceleración económica en Colombia.
Por el lado del comportamiento de la tasa de cambio me ratifico en un cierre de cotización a final de año entre $3025 y $3.050, porque existen varios ingredientes que hacen prever que la racha alcista del dólar puede haber llegado a su pico; tales como, la desaceleración de la Economía estadounidense, la toma de control del partido demócrata de la cámara de representantes después de las elecciones legislativas en EEUU, la caída de los precios del petróleo, la estabilización de la moneda china, una menor liquidez en los mercados estadounidenses y el repunte de los activos de los mercados emergentes como consecuencia de la baja del precio del petróleo.
En el año 2019, el precio del dólar podría tener un comportamiento al alza cercano a los $3.100, dado los anuncios de un aumento de la tasa de interés de la reserva federal de EEUU. Así mismo, por el lado del precio del petróleo se observa que hay un exceso de oferta petrolera y baja demanda mundial en 2018 y 2019; que no hacen prever efectos importantes ni al alza, ni a la baja en el precio del crudo; más bien es viable pronosticar que el precio del petróleo estaría al final de 2019 cercano a los 68 dólares por barril.
Finalmente es pertinente anotar, que la economía colombiana requiere de un sector público que, actuando como ejecutor racional, coadyuve al crecimiento económico. Se espera que el gobierno se comporte como ejecutor efectivo de inversiones públicas en el adelanto de obras tales como las bien conocidas y denominadas vías 4G, entre otras.De la misma manera, es procedente que el gobierno actúe sobre la formulación y consolidación de reformas estructurales serias y objetivas en lo fiscal y no seguir en la terca contradicción de superar un déficit fiscal y un presupuesto inconstitucionalmente en desequilibrio, con una reforma tributaria regresiva. Cabe agregar que estas actuaciones han venido cobrando dividendos negativos al Señor Presidente de la república y a la economía como un todo, con una disminución significativa en la favorabilidad del Presidente (26.6%) y con un incremento del porcentaje de desaprobación en la gestión del Presidente Duque de (64.8%). Otros signos de alerta son la reducción en la confianza de los hogares colombianos sobre la situación económica del país en los próximos 12 meses, y el comportamiento negativo del ICC (-1.3%).
Henry Amorocho Moreno
Gerente
Amorocho y Daza Consultores en Gestión Estatal
Henry Amorocho Moreno.