El trípode social, tributario y fiscal de las 6 semanas y media.
La radicación del proyecto denominado, como de Reforma social, tributaria y fiscal; se está convirtiendo en un show mediático, pues ahora tiene tres dolientes: el Presidente de la República, el Ministro de Hacienda y el vice-ministro Londoño.
El vice-ministro Londoño el 5 de Abril/21, aseguró que no tenía reversa la determinación de gravar con IVA del 19%, productos como la sal, el chocolate, el azúcar, las pastas, las carnes frías y el café. Sin embargo posteriormente, con una diferencia de 12 horas, el Presidente de la República anunció que, estos productos se mantenían en el 0 y el 5%; y que no se subiría la tarifa al 19 %.
Por otra parte, el Señor Presidente de la República expresó que, se estaban produciendo los últimos pasos para presentar el proyecto de Reforma social, fiscal y tributaria al Congreso de la República, con el objeto de financiar la agenda de transformación social, basada en el aumento de cobertura de las familias que recibirán giros del denominado programa de ingreso solidario, subsidios a la nómina, y matrícula cero para acceder a programas de educación superior, entre otros.
En la tarde, del 6 de Abril/21, el Señor Ministro de Hacienda, dejando ver un cardinal distanciamiento con la interpretación del Presidente de la República; afirmó que, el Proyecto de Reforma fiscal y tributaria, solo era para financiar tanto el déficit fiscal de $78 billones; como las obligaciones y exigibilidades por amortizaciones del servicio de la deuda.
De toda la ruta reciente del proyecto de Reforma tributaria, registrada en los precedentes párrafos, se destacan las declaraciones concedidas por el Señor Ministro de Hacienda a los medios de comunicación; en el sentido que, la situación fiscal de Colombia, llegó a un punto crítico de contar con caja solo para menos de 2 meses. Igualmente el Minhacienda, registró que, la caja del país era de $30 billones; y qué por contera los requerimientos mensuales, para honrar las exigibilidades del Estado, alcanzaban los $20 billones.
Con respecto a lo anterior, quiero dejar establecido que, la declaración del Ministro, no deja de tener un particular tono de espectacularidad; y de diametral equivocación, puesto que, la DIAN no va a dejar de seguir recaudando ingresos tributarios; y si, por alguna razón extrema se llegare a necesitar financiación, las compuertas del endeudamiento interno y externo seguirán estando abiertas en el FMI y en el Banco de la República.
Por otra parte, es conveniente reiterarle al país que, hay otras fórmulas menos inconvenientes que, la señalada por el gobierno nacional, para recaudar el 90% de la reforma tributaria, de las rentas de trabajo y del consumo de los hogares. Por tanto, es prudente traer a colación, el hecho que, el sector financiero, las empresas petroleras, y las empresas mineras, vienen reportando un alto costo fiscal al Estado de $80 billones. !He ahì el problema!.Entonces lo que se está requiriendo es que estás empresas dejen de aportar el pírrico 5% en promedio al fisco nacional; cuando lo justo y lo legal debería ser que, estuvieran aportando el 33%. Lo cual nos conduce a proponer que, al menos la tarifa de renta a este tipo de empresas, se incremente en 12 puntos porcentuales, para recoger los $31 billones, no de las rentas de trabajo y del apaleado consumo de los hogares Colombianos, sino del sector financiero, las empresas petroleras y las empresas mineras.
Finalmente, es preciso reflexionar como lo daba a entender la comisión de expertos y como lo pensó Adán Smith en su principio de comodidad tributaria " La simpleza es la cortesía de la inteligencia".
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